01 marzo, 2024

ENFERMEDAD DE PÁRKINSON. CONCEPTO, CAUSAS Y DIAGNÓSTICO

La enfermedad de Parkinson es un trastorno crónico, degenerativo y progresivo del sistema nervioso central (SNC) que se debe a la muerte o al mal funcionamiento de las neuronas que producen dopamina, una sustancia que ayuda a regular la precisión de nuestros movimientos. La dopamina se produce en varias partes del cuerpo, pero sobre todo en una región cerebral llamada "ganglios basales", que se conecta con una parte del tallo cerebral llamada "sustancia negra". Estas estructuras son las responsables del control y la coordinación del movimiento, del mantenimiento del tono muscular y de la postura, gracias a la acción de la dopamina.

La dopamina es una catecolamina desde el punto de vista químico, que actúa como neurotransmisor (transmite información) en el sistema nervioso central. Para ello, activa cinco tipos de receptores celulares de dopamina: D1 (que tiene un efecto activador), D2 (que tiene un efecto inhibidor), D3, D4 y D5, y sus variantes.

¿Cuáles son las causas de la EP?

En los últimos años, la comunidad científica ha avanzado en la comprensión de la enfermedad, que parece afectar no solo al Sistema Nervioso Central, sino también a otras partes del sistema nervioso relacionadas con la dopamina o sus mediadores. Sin embargo, el mecanismo exacto por el que mueren las neuronas productoras de dopamina sigue siendo desconocido.
Además, en los últimos años se han identificado varios genes involucrados en el origen de la enfermedad, que suelen tener un componente familiar y que debemos conocer. (Estos genes representan aproximadamente un 5-8% del total de los pacientes con EP).

¿Quiénes son los afectados por la EP y cómo progresa la enfermedad?

El párkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común del sistema nervioso central, después del alzhéimer. Esta enfermedad puede afectar a cualquier persona, y su incidencia es similar entre hombres y mujeres (un poco mayor en mujeres, 55%). Por lo general, se manifiesta a partir de los 60 años de edad (1-3% de la población), y aumenta considerablemente en las personas mayores de 80 años (6%). Según los estudios realizados, se estima que el número de personas con párkinson se duplicará en 20 años y se triplicará en 2050.
De acuerdo con los datos más recientes, en España hay más de 150.000 personas con párkinson. Cada año se detectan unos 10.000 nuevos casos de esta enfermedad, y el 70% de las personas diagnosticadas tienen más de 65 años, pero el 15% son menores de 50 años.
Los pacientes tardan una media de entre uno y tres años en recibir un diagnóstico, y se cree que hasta un 25% de los pacientes diagnosticados en realidad tienen otra enfermedad. Esto hace que los datos de prevalencia e incidencia de esta enfermedad no reflejen la realidad, y que haya muchos más casos reales de los que se diagnostican.

La evolución de la enfermedad depende mucho de cada persona y, aunque es una patología que avanza, se puede intentar y lograr frenar el avance y aliviar la gravedad de los síntomas con la medicación y las terapias de rehabilitación, mejorando así la calidad de vida de los afectados.
La EP no es mortal, a pesar de lo que muchos pueden creer al principio, sin embargo, sí que hay que tener cuidado con algunos síntomas que pueden provocar complicaciones adicionales que pueden incrementar el riesgo de muerte en los afectados por esta enfermedad (problemas para tragar, caídas, problemas respiratorios, etc.).

Diagnóstico

El diagnóstico de la EP se basa principalmente en los datos clínicos (síntomas que manifiesta el paciente), ya que no hay marcadores biológicos confiables ni pruebas de neuroimagen que sean específicas para esta enfermedad. El diagnóstico es más difícil en las fases más tempranas de la enfermedad, porque se cree que la EP ya lleva años de evolución antes de que el paciente muestre los primeros síntomas evidentes.
Al principio, suelen presentarse síntomas como:
  • Depresión.
  • Fatiga y cansancio.
  • Dolores articulares.
  • Dificultades para caminar, por arrastrar un pie, lentitud, etc.
  • Dificultades para mover una mano: problemas para escribir (letra pequeña y a veces ilegible), torpeza al hacer tareas como batir un huevo, etc.

Debido a la diversidad de estos síntomas iniciales, se acude a distintos especialistas. Es probable que no se logre mejorar la situación, pero se descartan otras enfermedades traumatológicas, circulatorias, etc.
Cuando no se tiene un cuadro clínico claro para diagnosticar una enfermedad, se sospecha que el origen puede ser neurológico y el paciente es derivado a la consulta del neurólogo, quien sí conoce esa sintomatología. Este, además de los datos clínicos que le cuenta el paciente y que observa en la exploración, se basa en los resultados de pruebas como la RMN, TAC, SPECT, DAT-SCAN, etc. para establecer el diagnóstico.
Pruebas como el TAC (Tomografía Axial Computarizada) cerebral o la RMN (Resonancia Magnética Nuclear), solo suelen servir para descartar otras causas y no para el diagnóstico de un Párkinson primario esencial. Pruebas de medicina nuclear, como el DAT Scan, no suelen aportar más información que la obtenida por la exploración neurológica, y sirven más para distinguir un “simple temblor esencial” de una EP.
El diagnóstico final suele confirmarse si el paciente responde adecuadamente al tratamiento farmacológico con Levodopa (principal tratamiento de la EP).


Síntomas de la EP


Ramón Peinador


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tu aportación